Los predadores suelen especializarse en la captura de las presas que les corresponden por naturaleza, aplicando una metodología adecuada a cada situación. Los cocodrilos, por ejemplo, se sitúan al
borde de los abrevaderos, donde esperan sumergidos a que aparezca la presa adecuada. En este tipo de relaciones, las especies implicadas buscan de forma continua la manera de imponerse sobre el otro.
borde de los abrevaderos, donde esperan sumergidos a que aparezca la presa adecuada. En este tipo de relaciones, las especies implicadas buscan de forma continua la manera de imponerse sobre el otro.
En la lucha por la supervivencia habitualmente el más grande, pero a menudo más bien el más listo, es quien acaba ganando la batalla. La evolución aumenta la eficacia del depredador para encontrar, capturar y devorar a su presa. Al tiempo que mejora los recursos de la presa para huir. Ambos salen ganando (cuando sobreviven). Una amenaza común es la desaparición del hábitat natural que comparten. Cuando esto ocurre, si las presas se extinguen o se desplazan, las especies predadoras a veces atacan a otros animales que no son sus víctimas habituales.
Las defensas químicas se han diseminado entre muchos grupos de animales. Muchos artrópodos poseen sustancias tóxicas, las que son adquiridas de las plantas que consumen y almacenan en sus propios cuerpos, mientras que otros artrópodos sintetizan sus propios venenos. La coloración críptica incluye colores y patrones que permiten que la presa se mezcle con el fondo. Esta coloración protectora es común en peces, reptiles y muchas aves que hacen sus nidos en el suelo. La coloración destellante se encuentra asociada con la coloración críptica; esta puede distraer y desorientar a los depredadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario