Los huesos están formados por unas células denominadas osteocitos, que se forman a partir de la diferenciación de los osteoblastos. Entre las sales minerales que componen los huesos destacan sales de calcio, carbonatos y fosfatos. La deficiencia de estos minerales en los huesos puede dar lugar a que sean menos resistentes.
Los sistemas esqueléticos se clasifican comúnmente en tres tipos:
Externos
Interno
Esqueleto fluido o hidrostático.
Externos
Interno
Esqueleto fluido o hidrostático.
Además, existen otros tipos que no son capaces de soportar estructuras importantes:
Esqueleto de sales y minerales.
Esqueleto Quitinoso.
Esqueleto Axial
Esqueleto de sales y minerales.
Esqueleto Quitinoso.
Esqueleto Axial
El Esqueleto Axial: El esqueleto axial ocupa la linea media del esqueleto del eje formado del cuerpo.
- Huesos del cráneo.
- Huesos de la cara.
- Cintura escapular.
- Cintura vertebral.
- Costillas.
- Esternón.
- Cintura pelviana.
Los principales ejemplos de exoesqueleto se encuentran entre los artrópodos, algunos invertebrados, en los que el exoesqueleto forma un caparazón o estructura externa que protege a los órganos internos.
Teniendo en cuenta que los exoesqueltos limitan obviamente el crecimiento del animal, las especies con esta característica han desarrollado evolutivamente variadas soluciones. La mayoría de los moluscos tienen conchas calcáreas que acompañan al crecimiento del animal mediante crecimiento en el diámetro manteniendo su morfología. Otros animales, tales como los artrópodos abandonan el viejo exoesqueleto al crecer, proceso que se conoce como "muda". El nuevo exoesqueleto se endurece mediante procesos de calcificación y esclerotización.
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