Las articulaciones contienen el líquido sinovial, una sustancia lubrificante que permite un fácil deslizamiento de los extremos óseos que se articulan entre sí. Según el grado de unión de los huesos y la amplitud de movimientos de que gozan, permiten distinguir tres tipos de articulaciones.
Los músculos son los motores del movimiento; pueden aumentar y desarrollarse con ejercicio. Los músculos permiten adoptar posiciones y aptitudes porque mantienen un estado de semicontracción permanente, que se conoce como tono muscular.
La actividad muscular todos los movimientos están gobernados por el sistema nervioso ,a través del cual llegan a los músculos las órdenes motoras. Los movimientos que realiza una persona al cabo del día son suficientes para mantener una buena función de huesos, músculos y articulaciones.
La sensibilidad de la piel nos transmite información sobre agentes externos nocivos, permite conocer la posición adoptada por cada zona de nuestro cuerpo aun con los ojos cerrados y es el estímulo para variar periódicamente y de forma inconsciente nuestras formas de apoyo.
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